Todos miramos al cielo y soñamos que algún día alcanzamos las estrellas. Por medio de la astronomía, podrás descubrir planetas y estrellas inaccesibles físicamente pero cercanos de nuestra fantasía. SearchDurango les presenta hoy como calcular los astros.
Calcular la luz de los astros
La astronomía es una ciencia observacional. Desde los antiguos tiempos hasta hoy, la manera más adecuada de detallar los astros es la captura y el análisis de la luz. Por mucho tiempo, este método se limitaba a la luz visible por el ojo humano.
En la actualidad, las luces infrarrojas, ultravioletas, los rayos X tanto como los rayos gama y ondas radio nos ayudan a detectar y analizar la luz. El ejemplo más relevante es el del Sol. Hoy se puede afirmar que está compuesto mayoritariamente de hidrógeno a pesar de que ninguna muestra haya sido tomada. La manera de hacer este resultado es simple: se calcula la cantidad de energía recibida por cada longitud de onda.
La composición del sol
En términos técnicos, cuando hablamos de espectro de luz solar, nos referimos a la luz del sol cuando atravieza por un prisma. La división de colores advierte las longitudes de onda. Por lo tanto, la cantidad de energía recibida a través de cada uno de ellos.
La distribución de colores obtenida por el rayo de sol puede asimilarse al arco iris, no obstante, con detalle destacamos que en ciertos lugares hay líneas negras. Esto significa que ciertos puntos reciben menos luz que los otros. A estos se les suele llamar líneas de absorción con respecto al espectro solar.
Estas líneas de absorción corresponden sin lugar a duda al hidrógeno. Así, se puede declarar que su composición atípica. Contiene 73% de hidrógeno, 25% de helio y 2% de elementos variados.
Los prismas también nos indican las temperaturas de los astros. Así, tal como ocurre con el cristal al ser calentado, los colores rojizos nos advierten de las temperaturas más cálidas. Dos cuerpos al tener temperaturas por encima de cero emiten una luz que sigue la Ley de Planck. Esta ley demuestra que cuando un cuerpo u objeto se calienta, las longitudes de onda son más cortas. Gracias a esta ley, hoy sabemos que el sol acerca los 6000 grados.